Alba de Tormes es una de las villas salmantina que más nos gusta. Sus calles están llenas de historias de personajes que están presentes en muchos libros. Santa Teresa de Jesús, los Duques de Alba… Sin embargo, Alba de Tormes no es solo cultura y patrimonio, también ofrece un entorno natural perfecto para disfrutar con niños. Una escapada en familia que te dejará buen sabor de boca. 

Por qué es conocida Alba de Tormes

qué ver en Alba de Tormes

Alba de Tormes es un municipio muy especial de la provincia de Salamanca. Es conocido por muchos motivos. 

Por ser el lugar donde falleció Santa Teresa de Jesús en 1582. Allí se conservan su tumba y varias reliquias en el convento de las Carmelitas Descalzas, lo que convierte a la villa en un importante centro de peregrinación teresiana.

Además, Alba de Tormes cuenta con un destacado patrimonio histórico. Es muy recomendable la vida al  Castillo de los Duques de Alba. Dura unos 45 minutos y se visitan sus cuatro plantas. Las dos primeras son guiadas y la tercera y la última, con vistas al río Tormes, se hacen por libre. También resaltar la Basílica de Santa Teresa, la iglesia de San Juan de la Cruz o la iglesia de San Juan, de origen románico.

Y, tercera razón, su entorno natural. Y es que el río Tormes es protagonista del paisaje y le da un encanto especial a la villa. Además, en verano se convierte en punto de encuentro gracias a la playa fluvial, con opciones de baño y deportes acuáticos. ¡Te lo vamos a contar todo!

Piraguas y barcas de pedales en el río Tormes

deportes acuáticos en alba de tormes

El río Tormes se convierte en el protagonista absoluto de Alba de Tormes durante el verano gracias a su playa fluvial, un espacio ideal para refrescarse, pasar el día con los niños y probar actividades divertidas como piraguas y barcas a pedales. 

Para llegar a la zona de estas actividades, bautizada como La Isla de Garcilaso, hay que cruzar el puente medieval de Alba de Tormes, como si fueras dirección a Salamanca. Enseguida verás un cartel que pone Isla de Garcilaso (sí, como el poeta renacentista español). 

Este área se conoce también como “las playas viejas” y es un paraje natural de dos hectáreas de superficie con espectaculares vistas panorámicas de la villa. Hay bastante sitio para aparcar, así que no deberías de tener problema. 

Si vais varias personas, como fue nuestro caso, puede combinar ambas cosas. Coger una piragua para tres y después una barca a pedales con tobogán y capacidad para cuatro personas. En total fueron 23 euros. 

El tiempo es de una hora, pero te puedo asegurar que se pasa volando y que hasta se puede quedar corto. ¡Se está tan bien navegando por el río Tormes! 

piraguas en Alba de Tormes

Nosotros nos fuimos turnando (nos cambiamos de una barca a otra sin problema) y pusimos a prueba nuestra coordinación, comunicación y resistencia. Durante la travesía puedes encontrarte a “pequeños intrusos” en el agua, como culebras o algún que otro pez. Pero nada peligroso. 

Para terminar, puedes tomar algo en el mismo chiringuito que alquila las barcas. Se llama la Isla del Chill Out y ofrece refrescos, raciones, bocadillos, helados… 

Día de picnic en la playa fluvial de Alba de Tormes

La playa fluvial de Alba de Tormes, situada al lado del camping, está pensada para pasar un día completo en familia y sin preocuparse del reloj. ¡Ideal para montar un picnic! Tiene una amplia zona verde, sombrillas, mesas de piedra para comer y un bar cercano para el momento del café/helado. 

Todo esto hace que sea un lugar muy cómodo para las familias, ya que no hay que preocuparse más que de llevar lo básico: bañador, toalla, protector solar y ganas de divertirse.

Es habitual ver a los niños con «sacadera» (así lo encontrarás en tiendas como Decathlon), pero que viene a ser un palo con una cesta para que «capturen» cangrejos que luego, por supuesto, devuelven a su medio natural. ¡No queremos alterar el ecosistema!

También es típico extender la toalla en el césped para echar una partida a juegos de mesa ya clásicos en las casas como el Uno o el Virus. O plantar la silla y disfrutar de un buen libro. ¡Aquí todo es paz!

Por la mañana apenas hay gente y por la tarde, a partir de las 18.00 horas, suele estar más concurrido, pero hay espacio para todos. Y, lo mejor, es estar para despedir el sol. ¡Los atardeceres en esta zona son de película!