Recuperar la esperanza es el leit motiv de la película «Lo que aprendí de mi pingüino», que llega a los cines de toda España el próximo viernes 5 de septiembre. Detrás de las cámaras de este festival de ternura y buen hacer está la magia del director Peter Cattaneo. Y, frente a ellas, es la mirada de Steve Coogan, acompañado de un gran reparto con nombres como Jonathan Pryce o Alfonsina Carrocio, quien nos seduce y da verdad a esta historia. La producción es británica, aunque el escenario y entramado de la película se desarrolla en una Argentina que aún duele.

Un poco de drama y también de comedia para dejarnos una lección

lo que aprendí de un pingüino en cines

«Lo que aprendí de mi pingüino» es la historia real de un profesor inglés desilusionado (la vida le ha dado el peor de los golpes y hasta aquí escribo que no quiero desvelar mucho) que acepta trabajar en un colegio en la Argentina de 1976. Opta por el camino fácil. Sin implicarse con los alumnos ni buscar el compromiso.

Se refugia detrás de una clase de jóvenes a los que considera prácticamente imposible de enseñar. Sin embargo, no siempre es posible mantenerse oculto cuando una nación se vuelve compleja y dividida y las circunstancias políticas arrasan con principios como el de inocencia.

Tras el golpe de Estado de 1976 la dictadura militar duró en Argentina 7 años. Unas 30.000 personas ‘desaparecidas’ siguen en paradero desconocido. Las madres de la Plaza de Mayo siguen en activo a día de hoy.

Pero volvamos a nuestro protagonista. Tras un pequeño vieje a Uruguay se encuentra ante una situación insólita. Rescata a un pequeño pingüino de una playa contaminada de petróleo para impresionar a una chica. Lo que no sabe es que desde entonces su vida dará un vuelco.

Y es aquí cuando la comedia empieza a enredarse con el drama para dar un resultado tierno y divertido con no pocas lecciones para el espectador.

El ave se convierte no solo en un valioso amigo, sino también en el maestro de lecciones más importantes de su vida, la de sus alumnos y la de todos los que tienen la suerte de conocerlo.

«Lo que aprendí de un pingüino», una película para adolescentes basada en una historia real

cine para adolescentes

Ternura, inocencia y diversión son algunas de las palabras con las que se puede describir o que puedes encontrar entre las páginas del libro o entre los fotogramas de la película.

El encuentro fortuito que llevó al protagonista, profesor de inglés es sus años mozos en un internado de Buenos Aires, a salvar a esta extraña mascota durante sus breves vacaciones en Uruguay, se convierte en una historia que engancha y enamora a partes iguales.

Todos hemos oído alguna vez a alguien hablar con su mascota como si el animal en cuestión fuera a contestarle, pero pocos son los que hemos presenciado diálogos tan divertidos como mantienen este profesor inglés con Juan Salvado, nombre con el que bautizan a este ave marina.

Las contestaciones que el protagonista deduce de las miradas del animal, convierten a la mascota en un personaje por derecho propio con una personalidad entre chulesca e infantil.

Con un estilo ligero e ingenioso, «Lo que aprendí de mi pingüino» se convierte en una encantadora aventura y aprendizaje de emociones, mientras recalca su preocupación por el destino de pequeño ‘maestro’ pingüino.

No quiero acabar sin destacar la acertada socarronería que Coogan aporta al personaje como espectador perplejo que observa las travesuras del pingüino, de los adolescentes y… de la dictadura militar; y Jonathan Pryce lo secunda con solidez en el papel de su estirado director.

Estamos ante una extraña relación con simples actos de bondad, que por qué no, pueden cambiar el mundo. En definitiva, cine sencillo que conmueve.