Te presentamos un restaurante que rompe con lo habitual y que mezcla humor con buena cocina. La Cerda Chueca es un original restaurante que nos encantó por muchas razones. ¿Sabes lo mejor? Salimos de allí con una amplia sonrisa dibujada en la cara y con ganas de contártelo todo. ¿Empezamos?
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La Cerca Chueca, un original restaurante que te conquista

Hay restaurantes en Madrid que te conquistan por la comida. Otros, por la decoración. Y unos pocos logran hacerlo por las dos cosas a la vez. Y La Cerda Chueca es uno de ellos.
Ubicado en pleno corazón de Chueca (Calle Barbieri, 15. Metro Chueca), este original restaurante se ha convertido en un pequeño fenómeno entre los amantes del comer bien y de los planes originales con niños, con amigos o con pareja.
Y también, todo que decirlo, para los instagramers. Cada rincón de La Cerda Chueca se merece una foto. Pero primero hablemos de lo importante: la comida porque ¿a qué vamos sino a La Cerca Chueca?

La Cerca Chueca, un restaurante con mucha personalidad y estilo

La carta de La Cerda Chueca combina platos clásicos como son los huevos rotos (aquí se llaman huevos no rotos bajo el mar) con toques creativos y una buena dosis de humor en los nombres. Aquí nada es convencional: cada receta tiene algo que te hace levantar una ceja, sonreír y, sobre todo, disfrutar. Y la presentación, un must.
Nosotros empezamos con una ensalada de frutos secos con aliño de mostaza. Quizás hubiésemos preferido el clásico aceite y vinagre, pero para gusto los colores. Un comienzo suave y sabroso que nos preparó para lo que vendría después.
Después llegaron las alcachofas con panceta (si sigues este blog, sabrás que son nuestra perdición porque en casa no nos salen bien y por eso siempre que vamos a un restaurante las pedimos). Las alcachofas, tiernas por dentro y ligeramente crujientes por fuera, combinaban a la perfección con la panceta, jugosa y llena de sabor.
El plato estrella (salivamos al recordarlo) es la panceta cinco estrellas. Y te podemos decir que hace honor a su nombre, o mejor dicho a su apellido. Aunque quizás lo que más nos gustó fue el plató en el que nos la sirvieron… (mira la foto que aparece más abajo).

Y es que una de los secretos de La Cerca Chueca es la presentación de la comida. Por ejemplo, la ensaladilla rusa va dentro de una matrioska en forma de cerdita rosa; las hamburguesas se sirven en recipientes rosas con forma de hamburguesa, y los tacos vienen en platos con forma de cerdo.
El toque final fue el postre estrella: la Pantera Rosa. Solo el nombre ya promete diversión, pero la presentación fue aún mejor. Un postre que te transporta directamente a la infancia (un día a la semana me llevaba uno al colegio para la hora del recreo), con su tono rosa y su sabor dulce, pero sin empalagar.
Además de su propuesta gastronómica, La Cerda Chueca destaca por su barra de cócteles, ideal para alargar la sobremesa. Hay opciones para todos los gustos: desde los clásicos hasta combinaciones más atrevidas con un toque divertido (y nombres que no dejan indiferente como Mojito Oink Oink o Margarita la Cerdita ).
La decoración de La Cerca Chuca… ¡muy top!

El color rosa es el dominante en la decoración del local. Está a la entrada, en las paredes, en los baños, en la barra, en los platos… A mí me encantó porque soy muy fan de toda la vida de esta tonalidad, así que estaba en mi salsa.
Y, como bien podrás imaginar por el nombre de este divertido restaurante, las cerdas están también por todas partes, incluso presiden algunas de las mesas, como fue la nuestra.
Comimos, nada más y nada menos, que con la cerdita Francis, una ‘mujer’ muy cañera y llena de tatuajes (mira las fotos) con la que terminamos la noche brindando por más veces en La Cerda Chueca.
En las paredes también hay cuadros de distintas cerditas (¡qué monas todas!) y en la barra muchos peluches inspirados en este animal. ¿Sabías que muchos de ellos son regalos de los clientes? ¡Detallazo!
Nosotros fuimos un día de diario, un miércoles para ser más exactos, y fuimos testigos de un ambiente animado y moderno. Aunque no es un restaurante familiar al uso, los adolescentes o preadolescentes disfrutarían del sitio por lo visual y original que resulta.
Por cierto, conviene reservar con antelación, especialmente los fines de semana, porque el local se llena. Y sí, todo es muy “cerdo”, pero en el mejor sentido: provocador, canalla y con mucho sentido del humor.




