Cuando buscamos planes con niños que sean diferentes, educativos y divertidos, muchas veces nos olvidamos de las actividades relacionadas con los animales. Sin embargo, compartir tiempo con ellos nos aporta mucho más de lo que imaginamos. Eso fue justo lo que descubrimos en nuestra visita a Laguna del Oso, un lugar único en Ávila donde vivimos la experiencia de realizar una ruta a caballo en familia. 

La Laguna del Oso, un enclave natural perfecto en Ávila

Nuestro destino para realizar esta ruta a caballo era una finca que se encuentra en el municipio de El Oso, en plena provincia de Ávila, donde además se llevan a cabo actividades de multiaventura.y hay un gastrobar, un hotel y un restaurante.

Un entorno rodeado de naturaleza, aire puro y silencio, perfecto para desconectar del ritmo del día a día y reconectar con lo esencial: la familia y la tranquilidad.

Nuestra monitora de equitación hizo que la experiencia fuera redonda. Desde el principio se adaptó a nuestro nivel y necesidades, explicando con paciencia y transmitiendo seguridad en cada momento. 

No solo nos guió durante la ruta, sino que también nos compartió historias y conocimientos sobre el mundo de los caballos que nos dejaron fascinados. ¡Nos descubrió un universo desconocido para nosotros hasta ahora! 

La ruta a caballo: una hora de desconexión

Esta actividad de ocio y tiempo libre dura aproximadamente una hora, tiempo perfecto para quienes no tenemos experiencia previa pero queremos disfrutar de una primera toma de contacto con el mundo ecuestre.

El recorrido transcurre por los alrededores de la finca, entre caminos tranquilos y paisajes típicos de la meseta castellana. Durante nuestra travesía podemos avistar otros animales, como distintas especies de vacas.

Los niños iban emocionados, cada uno en su caballo (previamente lo «habían elegido» y se habían aprendido su nombre), mientras Lara nos acompañaba y nos ayudaba a relajarnos, corrigiendo la postura o dando consejos sencillos para manejar las riendas. Fue una hora que se nos pasó volando, llena de risas y miradas de complicidad.

Aunque pueda parecer que montar a caballo está reservado para adultos o para quienes ya tienen experiencia, lo cierto es que esta ruta está pensada para toda la familia. Los niños la disfrutan muchísimo porque no solo montan, sino que también aprenden y participan en el cuidado de los animales. Y los adultos descubrimos que no hace falta ser un experto para vivir la magia de una experiencia así.

Es un plan perfecto tanto para familias con niños pequeños, como para adolescentes o incluso grupos de amigos que buscan una actividad diferente cerca de Madrid o Ávila.

Y aún quedaban más sorpresas en esta ruta a caballo…

Al final del paseo y con un vínculo ya establecido entre los caballos y niños y mayores, tuvimos la oportunidad peinarlos y cepillarlos. Este gesto tan sencillo nos permitió acercarnos aún más a los animales y estrechar esa relación que comenzaba 60 minutos atrás.

Fue precioso y muy especial, sobre todo entre los pequeños (¡con que mimo lo hacían!) y estos seres tan nobles y tranquilos como son los caballos. 

Además, pudimos observar de cerca las sillas de montar y las herraduras, aprendiendo para qué sirven, cómo se colocan y lo importantes que son para la seguridad tanto del jinete como del animal. ¡Repetiremos seguro!